VRIP: Analizando la varita vaporeta
En esta ocasión vamos a analizar, el vaporizador VRIP, una varita mágica llegada desde los Estados Unidos, algo que suele ir acompañado de calidad y en este caso no iba a ser menos, aunque esto conlleve también una gran complejidad de uso haciéndolo ideal para vaporetas expertos deseosos de “jugar” con su vaporizador. Algo que está cambiando en los últimos tiempos, ya que cada vez son más los vaporetas “noveles” que eligen el VRIP como su primer vaporizador, ya que así hace el “rodaje” para cogerle el truco a vaporizar.
El Gran maletín.
Pese a que anteriormente había vaporizado con este vaporizador, había sido en casa de amigos, por lo que no me había dado cuenta del gran packing en el que viene esta peculiar varita.
Lo primero a destacar, es que en vez de usar una “caja” como soporte de venta para el VRIP, la empresa Californiana decidió gastar este presupuesto para obsequiarnos con un maravilloso maletín en el que transportar nuestro VRIP y todos sus accesorios, algo que valoramos especialmente los vaporetas más viajeros, que ven una forma cómoda y segura para llevar el VRIP haya donde vaya, siendo este además muy ligero por lo que no supondrá un demasiado peso extra en la maleta.
¿Una varita?¿Cómo vaporizo con el VRIP?
Lo primero que tenemos que destacar, algo que puede parecer una desventaja y en mi opinión es una de sus grandes virtudes, es que necesitaremos un bong para conectarlo, lo que nos permitirá usar nuestra pieza de cristal favorita, consiguiendo además que nuestro cerebro lo asocie a “fumar” por lo que sensación de saciedad se ve muy aumentada por “el engaño” que le provocamos a nuestra cabeza.
Una vez hemos elegido nuestra pieza de cristal favorito, nos bastará con colocar la cazoleta del VRIP en el bong, como si se tratase de la “original” y la llenaremos con las nuestras preciadas hierbas. Encima de dicha cazoleta, colocaremos el adaptador de cristal que trae la varita, el cual actúa de cámara de aire, para que de este modo las hierbas sean vaporizadas de forma homogénea, aunque de todas formas recomiendo agitarlas en cada calada para asegurarnos esto.
Mientras vamos haciendo todo esto, habremos enchufado el vaporizador a la red, ya que este es un vaporizador de “estar por casa”, lo depositaremos en su pie de cristal diseñado especialmente para el VRIP, el cual nos ofrece una gran comodidad y seguridad entre caladas, ya que no corremos riesgos a caídas o roturas, a no ser que seamos unos manazas “empedernidos”.
Si lo que vamos a vaporizar son hierbas, ajustaremos la rueda de potencia, único botón que trae, a ¾ partes de recorrido para que así vaporicemos entre unos 170 – 190 grados Celcius, optimizando de esta forma nuestras hierbas ya que le extraeremos todos los cannabinoides. En este rango de temperatura, conseguimos además obtener un sabor cargado de matices, debido sobre todo al sistema all-glass de este vaporizador. Este sistema asegura que tanto el aire, antes de llegar a nuestras esencias, como el vapor producido solo ha estado en contacto con el cristal por lo que no viene acompañado, como ocurre en otros vaporizadores, de un regusto metálico o a plástico.
Sí por el contrario queremos vaporizar cualquier tipo de resina o extracción, recomiendo colocar una pequeña flor en la cazoleta, sin picar, la cual nos servirá de cama para albergar nuestra extracción y para sacarle todo el potencial ajustaremos la ruleta al máximo.
Otro dato a destacar es la rapidez de calentamiento, ya que basta con unos 5 minutos para que llegue a máxima potencia. Nos daremos cuenta que está listo para su uso, en el momento que se apague el led rojo que se encuentra junto a la ruleta de potencia.
Para terminar, destacar qué cuando le coges el “truco” a esta varita, hace que te olvides de otros vaporizadores, que solemos tener como referentes, por lo que con un poco de paciencia y algo de práctica este puede ser el vaporizador ideal para estar casa, sin tener que renunciar a usar nuestra pieza de cristal preferida. ¡Yo Vaporizo!
Deja un comentario