semillasYa sea en interior o exterior, lo primero al empezar un cultivo es germinar, por ello os enseñaremos diferentes formas de dar vida a una semilla.

Germinar en servilletas

No es que este sea el mejor método, pero es el que llevamos utilizando nosotros desde hace más de una década, consiguiendo un resultados completamente satisfactorios.

Este sistema en colocar dos platos en forma de concha – uno boca arriba y otro boca abajo-. Dentro de estos, pondremos un par de servilletas humedecidas, sobre las que colocaremos las semillas, para taparlas con otro par de servilletas. Estos platos los pondremos en un lugar oscuro y con una temperatura que ronde los 21 grados Celsius. Debemos vigilar que las servilletas estén siempre húmedas, pero no encharcadas. Este proceso suele durar unas 48-72 horas, aunque con semillas muy viejas y mal conservadas puede durar hasta siete días. Una vez las raíces midan 4-5 milímetros, transplantaremos.semilla servilletas

Germinando en agua destilada

Otra de las maneras más utilizadas para germinar, siendo aún más sencillo que el anterior. En este caso bastará con llenar un vaso -previamente esterilizado con alcohol-, con agua destilada y depositar las semillas en ella. Para luego colocar el vaso alejado de la luz y con una temperatura de 21 grados Celsius. Este método acelera el proceso de germinado durando apenas 24 horas. En este caso procederemos a transplantar las semillas cuando la raíz mida un par de milímetros.

En bolsa Zip ¿También se germina?

La respuesta es sí, esto me lo enseñó un experimentado agricultor que germinaba sus semillas entre servilletas humedecidas dentro de una bolsa hermética. Según el me decía a veces necesitaba germinar miles de semillas – caras por lo que decía- y que así en poco espacio las germinaba, pudiendo etiquetar si era una u otra hortaliza. Este agricultor, las pasaba a tierra cuando las raíces median unos 3 milímetros. En su caso el proceso variaba el tiempo según la planta, aunque aseguraba que aceleraba el proceso al menos 12 respecto a otros más tradicionales.

Aunque hay multitud de formas de germinar, estas nos parecen las más sencillas y baratas. Pero si nuestro presupuesto es holgado siempre podemos recurrir a germinadores «profesionales». Los cuales consiguen que no tengamos que hacer nada… ¡Yo vaporizo!